Mermelada de kiwi

El otro día entre kiwis, azúcar y botes de cristal, mi cabeza se hizo una pregunta: ¿De donde viene la mermelada? ¿Cual es el origen de este dulce alimento? Y soy demasiado curioso como para no responderme esas preguntas, así que mientras los kiwis hacian chup-chup junto al azúcar, me puse a indagar donde hoy en día se indaga todo, en la wikipedia. Ya se que no es 100% fiable, según dice la enciclopedia libre, el origen o lo mas antiguo que se recoge en textos sobre la mermelada viene de los griegos, que ya cocían membrillo en miel en la antigüedad.

El nombre en cambio proviene del portugués marmelada que significa confitura de membrillo. 

Bueno, sea cual fuese su origen, lo que si os puedo decir es, bendito el que la invento porque como nos alegra la tostada de los desayunos o una estupenda tarta de queso.

Así que después de daros la brasa un poquito con la mermelada, que os parece si os explico como hago esta rica mermelada de kiwi?

La proporción de azúcar con respecto a la fruta, en este caso es la misma que la que os mostré en la mermelada de fresa, aunque al ser el kiwi una fruta con bastante agua, nos admite bastante mas azúcar, casi en proporción 1:1, pero yo en mi caso me gusta notar mas el sabor del kiwi, por eso no le pongo tanto azúcar. Aunque debéis saber que si le ponéis mas azúcar no será necesario cocer durante tanto tiempo la mermelada.

Ingredientes:

1 kg de kiwis pelados

500 gr de azúcar

1 cuch. de zumo de limón

Elaboración:

Como en todas la mermeladas cortaremos en dados la fruta, en este caso el kiwi, lo mezclaremos con el azúcar y el zumo de limón, y lo dejaremos macerar durante unas horas.

A continuación llevaremos a cocer en una cazuela. Durante unos 20 minutos a fuego medio sera suficiente.

Entonces trituraremos y colaremos para eliminar gran parte de las molestas pepitas del kiwi. Suelo dejar una pequeña parte de semillas por aquello de la estética, para que se vea que es mermelada de kiwi.

Volveremos a llevar la mermelada a cocer durante unos 20-30 minutos. Para saber el punto de la mermelada, pondremos una cucharadita en un plato y lo dejamos enfriar. Una vez frío, si al inclinar el plato se arruga, ya estará en su punto, y si por el contrario gotea, se deberá prolongar la cocción, y volver a hacer la prueba pasados unos minutos.

Una vez lista nos resta envasar en botes de cristal y proceder a su cerrado al vacío.

Receta dedicada a mi cuñada, que nos lee desde el país de los Kiwis!

Hasta la próxima Viajer@s!